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Música y Libros

El legado de una arquitectura encantadora, en un libro

Una edificación en Neira, Caldas.

Una edificación en Neira, Caldas.

Foto:Cortesía Villegas Editores

Una mirada a la obra ‘Arquitectura de la colonización antioqueña’, un homenaje a Néstor Tobón B.

Juan Carlos Rojas
El legado de esas grandes casonas enclavadas en lo más profundo del escarpado territorio antioqueño y cafetero es el testimonio palpable de aquello que parecía solo creación de la imaginación en la literatura. Como nos lo contó en su momento Manuel Mejía Vallejo en ‘La casa de las dos palmas’, cuya adaptación luego a la televisión permitió asimilar la dimensión de una empresa como la colonización de esta región.
Casi un siglo más tarde, otro hombre de carácter inquieto y aventurero, propio de esos primeros andariegos y de los hombres de esta zona del país, le descubrió a la nación el legado arquitectónico de la colonización, que se dio entre el siglo XIX y la primera década del XX.
Se trata del destacado profesor, arquitecto y sociólogo Néstor Tobón Botero (1933-1994), quien en la década de los años 80 se embarcó en la loca tarea de recorrer cerca de 40 pueblos, para seguirles el rastro a sus edificaciones.
La arquitectura de la colonización antioqueña.

La arquitectura de la colonización antioqueña.

Foto:Cortesía: Villegas Editores

El resultado fue el proyecto ‘Arquitectura del café, el legado de la colonización’, que el profesor calarqueño plasmó, con la ayuda del agudo ojo del editor bogotano Benjamín Villegas, en cinco libros de gran formato. Fue tal la acogida en su momento que las ediciones se agotaron en tan solo cinco años.
Tres décadas más tarde, Villegas y el arquitecto y urbanista Carlos García Tobón –sobrino del autor– se dieron a la tarea de condensar esa herencia de Tobón Botero en un nuevo libro de gran formato que llega a las librerías: ‘Arquitectura de la colonización antioqueña’.
La arquitectura de la colonización antioqueña.

La arquitectura de la colonización antioqueña.

Foto:Cortesía: Villegas Editores

Villegas anota que tanto él como el fallecido autor sintieron esa misma sensación un poco irreal de lo que significó desarrollar edificaciones y pueblos enteros en terrenos tan difíciles.
El editor anota que, dentro del contexto de esa expresión arquitectónica que “había demarcado una extensa zona del país, imprimiéndole un sello propio e indeleble, nos lanzamos a la aventura de explicar su aparición y surgimiento, sin ausencia de la fantasía en algunos casos”. Así, tal vez, como también lo hizo Mejía Vallejo maravillado ante tanta belleza y talento.
Algunos ejemplos de puertas que presenta el libro ‘Arquitectura de la colonización antioqueña’.

Algunos ejemplos de puertas que presenta el libro ‘Arquitectura de la colonización antioqueña’.

Foto:Cortesía Villegas Editores

Renovación estética

“Lo importante no es solo el homenaje a Néstor, sino que estos libros jugaron un papel importante en la defensa del patrimonio. Es decir, que la gente fuera consciente de que, a pesar de tener que pelear con las goteras de un techo en teja de barro, sus casas eran muy importantes”, anota por su parte Carlos García Tobón, prologuista de esta nueva edición.
Al hablar de las características de este tipo de arquitectura, García resalta no solo la estética unitaria de las edificaciones, sino la belleza de los conjuntos urbanos.
La arquitectura de la colonización antioqueña.

La arquitectura de la colonización antioqueña.

Foto:Cortesía: Villegas Editores

“No es la casa en sí misma, sino las calles completas, con ese juego de los aleros, las fachadas, los balcones y el color, lo que le da valor a esa arquitectura”, dice García.
Destaca que se trata de un tipo de construcción en donde confluían muchos estilos y aportes individuales que ante todo daban origen a un tipo de arquitectura “propia” y “con personalidad”.
“Retoma cosas de la arquitectura española, pero retoma otras cosas. Por ejemplo, los corredores tienen chambranas, que se hacían con macana, que es un bejuco del Chocó. Entonces también incorporaban materiales y características de la arquitectura negra o indígena”, explica el profesor.
La arquitectura de la colonización antioqueña.

La arquitectura de la colonización antioqueña.

Foto:Cortesía: Villegas Editores

Pone como ejemplo la presencia de los calados en madera en los canceles de los comedores y de los contraportones, tan propios de las casas del departamento de Caldas.
Mientras que en el Quindío se destacan los cielorrasos como los de las tres naves de la iglesia de Filandia.
La arquitectura de la colonización antioqueña.

La arquitectura de la colonización antioqueña.

Foto:Cortesía: Villegas Editores

Esta nueva publicación se convierte en una buena oportunidad no solo para las nuevas generaciones, sino para los que no tuvieron oportunidad de gozarla en su momento. Con el valor agregado de que

La impronta de una región

La mayoría de esta arquitectura ocupa el territorio de lo que fue la Gran Antioquia, que en su expansión llegó, incluso, hasta el norte del Valle y del Tolima, antes de las posteriores particiones geopolíticas, que dieron vida a Caldas, Quindío y Risaralda. Villegas anota que estas construcciones se destacan por sus patios interiores empedrados, los aireados corredores de madera con barandas que las circundan, los amplios balcones, las bellas fachadas, los imaginativos calados y los dobles portones de acceso al interior.
La arquitectura de la colonización antioqueña.

La arquitectura de la colonización antioqueña.

Foto:Cortesía: Villegas Editores

CARLOS RESTREPO
EL TIEMPO
Juan Carlos Rojas
icono el tiempo

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