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Música y Libros

'La gente nos pide que sigamos adelante': Les Luthiers

En Oviedo hicieron una presentación especial. Maronna (cuarto de izquierda a derecha), habló con este diario.

En Oviedo hicieron una presentación especial. Maronna (cuarto de izquierda a derecha), habló con este diario.

Foto:Juan González / EFE

Este viernes reciben el premio Princesa de Asturias. Cumplieron 50 años y uno de ellos se retira.

En una de sus clásicas rutinas ‘fuera de programa’, en las que los integrantes del grupo argentino Les Luthiers suelen alargar el éxtasis que significan sus presentaciones en vivo, Jorge Maronna y Carlos Núñez Cortés se batían en un curioso duelo musical. Núñez, sentado en su piano, retaba a Maronna a que replicará sus notas en el bolarmonio, un instrumento de viento conformado por 18 pelotas de plástico.
Maronna, quizás el Luthier más virtuoso en la interpretación de instrumentos, ganó el singular reto a pesar de ‘cabalgar’ ese aparatoso mecanismo. Esa fue la última escena de la más reciente presentación del grupo en Colombia, hace más de un año, un lapso que ha estado lleno de noticias para el grupo.
Hace un par de meses, Les Luthiers celebró los 50 años de su nacimiento y además se anunció que Núñez Cortés dejaba de ser parte activa del grupo (seguramente el duelo musical perdido en Colombia no afectó esa decisión). Más allá de esa despedida, el grupo y sus fanáticos celebrarán hoy la entrega del premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades.
“Es un año muy intenso, con muchos festejos importantes y, bueno, estamos muy felices, emocionados, revolucionados”, le dijo Maronna a EL TIEMPO en charla telefónica desde Buenos Aires, justo antes de viajar a Oviedo, España, donde recibirán el premio de manos del rey Felipe VI.
El galardón se da después de varios años en los que estos famosos comediantes habían coqueteado con su candidatura y, según Maronna, es un gran honor que les indica que seguramente hicieron las cosas bien.
“También es una distinción alta para el humorismo, algo que es poco habitual, ya que suele ser considerado un rubro de menor importancia que otros serios –añade Maronna–. Ya la fundación había dado este premio a Quino (en el 2014) e indicaba una dirección parecida, a un humorista argentino, pero también parecía cerrar nuestras posibilidades de recibirlo poco después, pero al fin se ha dado”.

El futuro del grupo

Además de Maronna, en Les Luthiers aún permanecen integrantes históricos como Carlos López Puccio, de frondosa cabellera blanca, y Marcos Mundstock, de inconfundible carpeta roja. Y están revolucionados, como bien dice Maronna, porque hace dos años falleció Daniel Rabinovich, quien fue reemplazado por Martin O’Connor y Horacio Turano. A eso se suma ahora el retiro de Núñez Cortés, que tuvo su última presentación hace un par de semanas en el Teatro Romano de Mérida, España.
“Fue paulatino porque Carlos hace tiempo que estaba cansado, o se manifiesta cansado, de tan intenso trabajo que seguimos haciendo. Entonces ya hace mucho que él pedía hacer menos funciones, cosa que no podíamos porque no puede desaparecer un Luthier de golpe, o hacer una función con él y otra sin. Él tuvo que quedarse y decidió en ese momento seguir hasta el cumpleaños 50”, explica Maronna.

La gente extraña a Daniel, muchas personas lo echan de menos, pero el espectáculo está muy bien diseñado, las piezas están muy bien escritas, probadas y mejoradas

El retirado Luthier, que también está en Oviedo para recibir el premio, será reemplazado por Tomás Mayer Wolf, pianista, arreglista, director de coro y de comedias musicales, de 35 años.
Maronna reconoce que ya los históricos de Les Luthiers están muy mayores y, por supuesto, no sabrán hasta cuándo podrán seguir adelante, pero los cuatro han visto con sorpresa y alegría que a pesar de la desaparición de Rabinovich, que era el actor más gracioso del elenco, el grupo ha seguido funcionando con el mismo éxito en los dos años posteriores.
“La gente extraña a Daniel, muchas personas lo echan de menos, pero el espectáculo está muy bien diseñado, las piezas están muy bien escritas, probadas y mejoradas a lo largo de los años, y además bien interpretadas. Nosotros no notamos diferencia en las funciones, siguen siendo tan brillantes como de costumbre, la gente nos sigue queriendo, agradeciendo el trabajo y pidiendo que sigamos adelante. Tenemos ganas de seguir todo lo posible y existe la posibilidad de que Les Luthiers continúe un poco más allá de los integrantes históricos”, reconoce el artista argentino.
Pero los cambios no son algo nuevo en la formación de Les Luthiers: en 1973, por ejemplo, falleció su fundador, Gerardo Masana; mientras que trece años después se retiró otro de sus miembros, Ernesto Acher. “Es un grupo muy fuerte, evidentemente, con mucha energía, que puede sobreponerse a momentos muy difíciles, con muchas ganas de seguir adelante”, asegura Maronna.
Es por esa energía que el grupo ha logrado calar tan fuerte en la cultura popular latinoamericana, y no es extraño que su legión de seguidores los recuerde citando algunas de sus frases más famosas (como “No solamente es verídico, sino que además es cierto”) o no pueda esconder su sonrisa cuando conoce a un profesor de epistemología.
Hasta parece que Johann Sebastian Mastropiero, ese fallido músico ficticio que Les Luthiers menciona recurrentemente en sus obras, se hubiera convertido en un miembro real de la constelación de compositores de música clásica.
“La gente incorpora nuestras frases, nos cuentan cómo viven a Les Luthiers con la familia, en la casa viendo los DVD, comentándolos, repitiéndolos. Ya somos como parte de esa familia”, cuenta complacido Maronna.

El ‘luthier’ de la lente

Marcos Mundstock ofreciéndole su corazón a una impávida oveja en Colombia. Rabinovich, Núñez Cortés y López Puccio comprando artesanías en Ecuador. Mundstock y Núñez abrazados en medio de un florecido campo asturiano.
Esos son algunos de los momentos de la cotidianidad del grupo argentino que Jorge Maronna ha capturado con su cámara en este medio siglo y que ahora forman parte del libro 'La vida privada de Les Luthiers', que el artista lanzó recientemente en Buenos Aires y el cual además contiene textos del escritor colombiano Daniel Samper Pizano.
Maronna cuenta que esta vena fotográfica coincidió con el nacimiento del grupo, en 1967, cuando compró su primera cámara, que en aquel momento no era algo tan fácil y habitual como en estos días. El propio artista revelaba y ampliaba sus fotografías en el baño de la casa de sus tías, donde vivía en aquel momento de su vida, siendo un joven estudiante de 19 años.
“Y fui sacando fotos con total libertad, sin ningún orden, ignorando, por supuesto, que tantos años después serían publicadas. Así que son imágenes realmente de mi álbum personal, que han gustado mucho –asegura–. Es un Les Luthiers que la gente no conoce, fuera del escenario, en momentos de intimidad, momentos de viajes, restaurantes, playas, ensayos. Es como espiar un poco esa vida privada nuestra”.
Esta nueva publicación, que en Argentina fue editada por Planeta, alarga la relación de Samper Pizano con el grupo, del que, de hecho, es el biógrafo oficial. “Lo conocimos en Bogotá en los años 80, lo vemos con mucha frecuencia y además yo tengo una relación personal con él, de amistad y de trabajo –cuenta Maronna–. Este es el quinto libro, creo, que escribimos juntos”.
Ese recuento fotográfico da cuenta de un grupo que ha logrado establecer una longeva relación, condimentada con sus permanentes giras artísticas, pero Maronna asegura que en los comienzos la convivencia no fue tan dócil.
“En principio yo recuerdo al grupo como uno difícil, de muchas individualidades conflictivas, y nos fue muy útil en los años 70 empezar a trabajar con un psicoanalista, Fernando Ulloa, en una labor que no era de psicoanálisis, sino sobre el trabajo mismo. Nos ayudó a aprender a cuidarnos a nosotros y a cuidar al grupo”, rememora el artista.

Su gran reserva

Actualmente, el grupo tiene en su repertorio tres antologías: ¡Chist!, Viejos hazmerreíres y Gran reserva, en las que se recogen algunas de sus rutinas más populares, como el ‘bolérolo’ Olvídala, la ‘cumbia epistemológica’ Dilema de amor y la ‘bossa libidinossa’ Amor a primera vista, en la que Maronna despliega con maestría sus dotes de guitarrista.
“Son muy buenos espectáculos, realmente estamos muy contentos, porque, a pesar de ser antologías todas, las piezas han sido revisadas, remozadas y mejoradas, y estamos muy satisfechos con ellas”, cuenta el artista.

Nosotros trabajamos mucho con prueba y error porque nunca una obra que estrenamos está terminada y funciona como nosotros desearíamos, sino que hay que probarla en público

Maronna añade que además de esos títulos no hay un plan concreto para estrenar una nueva producción, ya que crearla es una tarea muy dura porque no solo es la escritura, sino también los ensayos y las pruebas.
“Nosotros trabajamos mucho con prueba y error porque nunca una obra que estrenamos está terminada y funciona como nosotros desearíamos, sino que hay que probarla en público y volver a ensayarla hasta que esté en un punto satisfactorio –explica–. Eso multiplicado por muchas obras es un trabajo difícil y nos da cierta pereza hacerlo a esta altura; sin embargo, no han desaparecido del todo las ganas de seguir creando y creo que es probable que para la próxima antología podamos incluir algunas piezas nuevas”.
En este medio siglo de vida, Les Luthiers ha desarrollado una relación de más de tres décadas con el público colombiano –su primera presentación fue en el teatro Colón de Bogotá en 1981–.
Maronna aún tiene fresco el recuerdo de sus funciones del año pasado en Bogotá y en Medellín, y además revela una emocionante noticia a sus seguidores: “Hacía mucho tiempo que no actuábamos en Bogotá, tal vez más de diez años, y fue muy hermoso. El público es muy cálido y creo que es probable que regresemos el año próximo”.
YHONATAN LOAIZA GRISALES
Cultura y Entretenimiento
En Twitter: @YhoLoaiza
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