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Cinco mitos sobre cómo las mujeres toman decisiones

Si ellas quieren que sus decisiones sean tomadas en serio, deben proyectar la misma seguridad.

Si ellas quieren que sus decisiones sean tomadas en serio, deben proyectar la misma seguridad.

Foto:Ilustración: Miguel Yein

Estudio desmonta ideas preconcebidas de cómo funcionan ellas al enfrentar dilemas.

En un trineo, el trabajo en equipo es fundamental. Hay que decidir qué perros van adelante, cuáles atrás, cuánta carga podrán llevar. Las mujeres son bienvenidas ahí.
Están invitadas a decidir quién necesita más entrenamiento, resolver las disputas internas, trabajar para que cada perro haga su labor de la mejor manera posible. Pero cuando llega la carrera, los espectadores solo ven a los perros. Y ellos se llevan todo el crédito.
Therese Huston, doctora en Psicología Cognitiva de la Carnegie Mellon University, se refiere a este planteamiento como ‘the dogsled problem’ (el problema del trineo).
Y tiene su origen, explica, en una serie de estereotipos que hacen que quienes tienen poder dentro de las organizaciones y empresas crean que las mujeres son buenas solo para cierto tipo de decisiones y los hombres, para otras. Parte de esto tiene que ver con la persistencia de los antiguos roles, donde las mujeres estaban a cargo de los grupos mientras los machos eran más independientes.
Y esos estereotipos, lamentablemente, son en muchos casos mantenidos por las propias mujeres, comenta desde su oficina en la Universidad de Seattle, donde fundó el Centro para la Excelencia en la Enseñanza y el Aprendizaje (hoy Centro para el Desarrollo de la Facultad). Hace tres años, Therese comenzó a trabajar en ‘How Women Decide’ (‘Cómo deciden las mujeres’), su segundo libro (en 2012 lanzó ‘Teaching what you don't know’).
Para este volumen revisó más de 400 estudios científicos, contactó a más de cien personas y entrevistó en profundidad a 34 mujeres (“las historias reales cambian las percepciones más que los datos”, asegura). ¿Su objetivo? Descubrir qué tanto respaldo tienen los prejuicios que llevan a la sociedad a poner a la mujer a cargo de cierto tipo de decisiones, y no de otras.
Su único límite fue dejar por fuera el tema de las hormonas y su posible influencia en estos prejuicios. Ahí, dice, la investigación es todavía muy reciente y contradictoria. Identificó cinco ideas preconcebidas y encontró que ninguna de ellas tenía sustento real. Este es el resultado de su investigación sobre esos cinco prejuicios:

La intuición femenina

Nadie habla de intuición masculina, como si solo las mujeres decidieran con el corazón o con el estómago. La evidencia muestra que los hombres son más de hacerle caso a su estómago y ver qué pasa, mientras que las mujeres son más analíticas y racionales, ya que se apoyan más en información y datos cuando tienen que decidir.
En una muestra de 32 estudios, 12 hallaron que las mujeres iban sistemáticamente a los datos, mientras ellos, en su mayoría, decidían según presentimientos. Los 20 estudios restantes no encontraron diferencias y no hay un solo estudio que diga que las mujeres tienden a ser más intuitivas al tomar decisiones. Aun así, las mujeres suelen decir que usaron su intuición, por muy analíticas que hayan sido, lo cual solo perpetúa el estereotipo.

Los hombres son más resolutivos, mientras que las mujeres se demoran mucho en ponerse de acuerdo con ellas mismas

Las dudas no son patrimonio de las mujeres: todos los seres humanos sentimos algún grado de conflicto interno o ansiedad al momento de tomar decisiones importantes.
Lo que sí hay es diferencias en algunos grupos.
Por ejemplo, varios estudios muestran que las adolescentes son más indecisas que sus pares del sexo opuesto. Esto podría deberse a que los hombres a esa edad tienen muy claro lo que se supone que tienen que ser, mientras que las mujeres conviven con modelos de rol diferentes, que entran en conflicto entre sí, por lo que tienen menos claridad sobre la dirección hacia donde deberían conducirse.

Los hombres son mejores para tomar decisiones porque tienen más confianza en sí mismos

Si ellas quieren que sus decisiones sean tomadas en serio, deben proyectar la misma seguridad. La primera parte de este mito tiene algo de verdad: estudios demuestran que ellos se sienten más seguros. ¿Es esto mejor para la toma de decisiones? La evidencia demuestra que no. Según estudios, ellos tienden a pensar que son más inteligentes. Cuando hay exceso de confianza no buscan más información para tomar una opción y eso puede ser arriesgado. Las mujeres pueden tener una visión más apropiada sobre lo que saben y lo que necesitan averiguar para decidir.

Las mujeres no toman riesgos

Estudios muestran que los hombres se arriesgan más: hacen más deportes extremos, toman más alcohol, asumen más riesgos financieros. La cultura occidental valora la toma de riesgos y por eso las empresas, animadas por este prejuicio, creen que un líder hombre puede traer mejores resultados. Pero evidencia científica muestra que los hombres se arriesgan más que las mujeres cuando no saben mucho sobre un tema. Cuando la mujer tiene los mismos conocimientos que un hombre sobre un asunto, las decisiones que toman son similares.
Por lo tanto, lo relevante no es el género, sino la igualdad de acceso a la información y a los cargos donde se toman las grandes decisiones.

Los hombres reaccionan mejor ante el estrés

La creencia de que las mujeres cuando están estresadas se ponen muy emocionales y no resisten es infundada, aunque existen diferencias en el modo en que el exceso de cortisol –la hormona del estrés– afecta a ambos géneros. Bajo mucha presión, los hombres se enfocan en la recompensa, en desafíos, en lo que puedan obtener como beneficio en caso de responder bien. Esto hace que a veces pasen por alto los riesgos. Las mujeres, en cambio, tienden a ser cautelosas y evaluar las opciones; reaccionan tratando de mantener el control.
Ambas visiones son necesarias en el mundo laboral y por eso necesitamos tener tanto hombres como mujeres en los directorios, si queremos hallar un buen balance.

Libro contra los prejuicios

Para dar vida a su libro, Huston revisó más de 400 estudios, entrevistó a más de 100 personas y analizó a fondo los casos de 34 mujeres.
SOFÍA BEUCHAT
EL MERCURIO (Chile)
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