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Gastronomía

Un ‘disneylandia’ para los amantes del vino en Buenos Aires

El ambiente del lugar es superdescomplicado. Cero formalidades. Y cada uno puede degustar los vinos que le plazcan.

El ambiente del lugar es superdescomplicado. Cero formalidades. Y cada uno puede degustar los vinos que le plazcan.

Foto:Cortesía Vico

Vico Wine Bar ofrece casi 140 vinos por copa, en tres tamaños, todo dentro de un cálido ambiente.

“Esto es Disneylandia”, dice, copa en mano, uno de los visitantes de Vico, mientras recorre con la mirada una de las paredes tapizadas con máquinas expendedoras de vino en el amplio local ubicado en Gurruchaga 1149, en Palermo Viejo. Su amigo asiente e inserta en la ranura de una de las máquinas una tarjeta similar a una tarjeta de crédito. El ‘display’ se enciende. Elige entonces una etiqueta, el Serbal Pinot Noir 2017, y luego la medida, 35 ml (degustación). Y sin más demora el pico metálico vierte en la copa la medida del tinto seleccionado. Mientras espera a que su compañero se decida, acerca la copa a su nariz para descubrir los aromas del pinot elegido.
“La mayoría de la gente que viene a Vico viene a disfrutar del vino. Es cierto que están aquellos que buscan aprender, nos consultan a los ‘sommeliers’ del lugar y nos piden que los orientemos, pero la mayoría lo que busca es una experiencia descontracturada”, dice Pablo Colina, ‘sommelier’ y uno de los artífices de Vico, innovador bar de vinos que propone una experiencia completamente diferente a la habitual en los locales del rubro.
Sobre las paredes laterales de Vico se encuentran montados, uno al lado de otro, 18 dispensadores de vino de fabricación italiana, que permiten expender a la temperatura ideal y en condiciones de conservación inmejorables casi 140 etiquetas de vino.
Vico no cuenta con carta de vinos –de hecho, no se vende vino por botella–, sino que la propuesta es que los asistentes recorran los dos salones, copa en mano, para elegir (y servirse) aquellos vinos que degustarán esa noche. Existe además la posibilidad de servir los vinos en tres medidas: degustación (35 ml), media copa (75 ml) y copa (150 ml).
La disposición de las botellas no es azarosa. “Las distintas etiquetas están dispuestas espacialmente como si fuera una carta de vino –explica Colina–. El primero de los dispensadores arranca con los blancos, y allí están distribuidos según el estilo: por un lado los más frescos, los de variedades no tradicionales y luego los de más volumen. A continuación están los rosados, vinos tintos de cosechas recientes y luego los pinot noir. En la pared de enfrente se encuentran los vinos tintos de alta gama, divididos según varietal: merlot, malbec, cabernet sauvignon y blends. En el salón de arriba, están los vinos del mundo: Francia, Italia, España, Estados Unidos, etcétera”.
Colina destaca que uno de los aspectos más interesantes de la propuesta es lo dinámico de la misma: la máquina permite cambiar un vino en cosa de un minuto, planteando la posibilidad de incorporar novedades o armar propuestas a medida de eventos como la Semana del Malbec, por ejemplo.
La oferta se completa con una carta de espumantes (estos sí se venden por botella), de vinos dulces y una carta de cocteles desarrollada por Carlo Contini. En los tragos se destacan aquellos elaborados a base de vermuts.
Vico es, ante todo, un bar de vinos, pero cuenta además con una cocina comandada por el chef Julián del Pino, que aporta pequeños platos presentados en raciones pensadas para acompañar (y no eclipsar) esa bebida. Las mesas altas ubicadas en el centro del salón permiten hacer una pausa en la recorrida por los dispensadores, o incluso disfrutar de una cena más formal.

Cada uno a su aire

“Cuando empezamos a proyectar Vico pensábamos en proponer los llamados ‘flights’ (vuelos, conjuntos de vinos asociados por algún origen, cepa, temática o estilo), porque creíamos que eso era lo que iban a venir a buscar –recuerda Colina–. Pero luego nos dimos cuenta de que la gente viene a otra cosa; que le gusta pararse, recorrer el salón, ver las etiquetas de los vinos y elegir, por lo general, algo que no conoce: para probar, para descubrir… Es algo muy lúdico”.
La oferta de estilos, variedades y bodegas es enorme, pero Colina y Vinacur coinciden en que la posibilidad de experimentar que ofrece el sistema de dispensadores con distintas medidas de copa hace que el patrón de consumo no sea el convencional en un restaurante o en una vinoteca. “Vemos que hay mucho consumo de blancos, de merlot, de pinot noir y de cabernet franc, y que incluso es muy alto el recambio de botellas de muy alta gama, como Cheval des Andes o Enzo Bianchi, vinos caros pero que al tomarse en medida degustación son muy accesibles”, explica.
Un breve paso por el salón permite identificar dentro del público a fanáticos del vino, de esos que esperan (y logran) descubrir dentro de la oferta de etiquetas rarezas o vinos de autor difíciles de hallar. Pero el público mayoritario, asegura Colina, está integrado por personas que se acercan simplemente a disfrutar. “La idea de Vico es acercar el vino a la gente, que el autoservicio permita elegir y disfrutar del vino en forma descomplicada”, explica.

La idea de Vico es acercar el vino a la gente, que el autoservicio permita elegir y disfrutar del vino en forma descomplicada

El rango de precios de las distintas medidas y etiquetas disponibles va desde los 30 pesos argentinos (4.500 colombianos) la medida degustación en los blancos, hasta los 360 pesos (50.000 colombianos) la copa en el vino de más alta gama, todos valores significativamente más accesibles que los de los vinos por copa que se ofrecen en cualquier restaurante porteño.
Existen dos modalidades para el consumo dentro del local: el más sencillo es que al llegar cada persona recibe una tarjeta que va sumando lo consumido en los dispensadores, para luego abonar al partir; también es posible adquirir una tarjeta prepaga, cuyo monto inicial se va descontando copa tras copa.
Queda claro que si usted es amante del vino, Vico es un lugar obligado en su próxima visita a Buenos Aires.
SEBASTIÁN A. RÍOS
LA NACIÓN (Argentina) - GDA
En Twitter: @sebastrios
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