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Así, una paciente en Santander logró vencer el H1N1

Zenaida Vega Monsalve y su bebé, en gestación, se están recuperando.

Zenaida Vega Monsalve y su bebé, en gestación, se están recuperando.

Foto:Jaime Moreno/ EL TIEMPO

Zenaida Vega, una mujer en estado de embarazo, padeció la penosa enfermedad.

La pesadilla que vivió Zenaida Vega Monsalve, de 35 años, y su bebé de 30 semanas de gestación por cuenta del virus de la Influenza AH1N1 ya terminó. Los dos, a punta de ganas de vivir, con la ayuda del Programa de ECMO y Corazón Artificial de la Fundación Cardiovascular de Colombia (FCV), y quizá una mano divina, superaron la enfermedad después de estar en riesgo “inminente de muerte”.
Actualmente Zenaida y su bebé están bien. Los dos regresaron a su casa en Girón y se recuperan al lado de su familia (esposo y otra hija de 6 años) El pequeño sigue creciendo mientras ella debe usar oxígeno en situaciones de esfuerzo físico porque sus pulmones tardarán unos seis meses en recuperarse del todo. Además, iniciará terapias físicas debido a que pasó más de dos meses en una cama y sus músculos y articulaciones perdieron capacidad, pero esto es mínimo tras todo lo que superaron juntos.
Lo poco que recuerda Zenaida de la situación que la mantuvo desconectada del mundo por casi dos meses es que todo inició con una simple gripa, dolor de huesos y fiebre, nada de qué alarmarse. Sin embargo, cualquier síntoma en el embarazo requiere de toda la atención.
Por eso se dirigió a la Clínica Chicamocha donde la recibieron por urgencias. Allí la atendieron bajo el protocolo para una mujer gestante, le dieron tres días de incapacidad y le recomendaron que si seguía con malestar regresara.
Zenaida no mejoró y su preocupación aumentó porque la fiebre subió y esto podría afectar al bebé. Regresó a inicios de mayo a la clínica y los médicos decidieron hospitalizarla por su alto grado de deshidratación.
Fui por el bebé porque estaba preocupada por la fiebre, pero no pensé que fuera tan grave. Recuerdo que me dejaron hospitalizada, pero de ahí no recuerdo más”, sostuvo Zenaida con algo de fatiga.
Pese a que recibía tratamiento, la situación de esta mujer empeoró y se le diagnosticó el virus de la influenza AH1N1. En la Chicamocha la atendieron con el máximo manejo médico que le pudieron dar a través de un respirador artificial, un aparato que le inyectaba aire a los pulmones a presión.
Al no ver mejoría, en la Chicamocha recurrieron al Programa de Oxigenación por Membrana Extracorpórea (ECMO por sus siglas en inglés) y Corazón Artificial de la FCV.
El director de este programa, Leonardo Salazar, señaló que un equipo médico de cuatro especialistas de la FCV se dirigió a la Clínica Chicamocha para cambiarle el tratamiento a Zenaida, porque el respirador ya tenía los parámetros más intensos que una persona podía soportar.
“Ella estaba sedada, boca abajo para quitarle presión a los pulmones pero en riesgo inminente su vida y la de su bebé. Le pusimos el pulmón artificial (ECMO) y la trasladamos a la Unidad de Cuidados Intensivos de la FCV a donde llegó con los pulmones muy inflamados trabajando a una capacidad menor al 20 % y el 80 % restante se manejó con el pulmón artificial”, explicó Salazar.
También se evaluó la condición del bebé y estaba vital y en buen estado.
El desafío para el cuerpo médico era mantener a los dos con vida, por lo que el monitoreo era constante. El ECMO minimizó el trabajo de los pulmones de Zenaida para que se desinflamaran y volvieran a trabajar por sí mismos. Estuvo conectada al aparato cinco semanas, tras las cuales se empezó a despertar, su cuerpo y pulmones disminuyeron la inflamación, hasta que le retiraron el ECMO y empezó su recuperación.
El objetivo se logró. Zenaida y su bebé le sacaron el quite a la muerte y en el cuerpo médico y asistencial “hay alegría porque se crean lazos bonitos con los pacientes”, dijo Salazar.
Ahora, reunida con su familia, esta mujer le atribuye su recuperación a un milagro y a las manos benditas de los médicos y enfermeras de la FCV. Siente algo de impotencia porque no puede hacer las cosas como antes, pero sabe que poco a poco cogerá fuerzas porque “tengo muchas razones para vivir”.
Si el bebé en gestación era la razón de vida de Zenaida, también lo era su pequeña de seis años, a quien le dijeron que la mamá estaba enferma y no la podía ver por ahora.
Y es que la imagen de la mujer, con cables conectados a su cuerpo y aparatos a su alrededor, no era muy alentadora, por lo que el médico Leonardo Salazar sólo permitió la visita de la pequeña cuando su mamá salió de la UCI.
“Cuando la vi sentí tranquilidad después de tanto tiempo, porque uno por los hijos hace todo y más ella que está muy pequeña y necesita el cuidado de la mamá”, dijo Zenaida entre lágrimas.
Salud Total es la EPS de Zenaida que le brindó el tratamiento sin restricciones, el cual tuvo un tuvo un costo superior a los 300 millones de pesos. La FCV es líder en Latinoamérica desde hace 10 años en el Programa ECMO.
LUIS A. CÁRDENAS MATEUS
ADN/Bucaramanga
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