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Medellín

Inciensos y sahumerios, a la moda en esta Semana Santa

Inciensos de todo el mundo se ofrecen en Mater Ecleseae, local comercial de artículos religiosos. Su administradora dice que venden este elemento hacia otras partes del país y hacia Ecuador

Inciensos de todo el mundo se ofrecen en Mater Ecleseae, local comercial de artículos religiosos. Su administradora dice que venden este elemento hacia otras partes del país y hacia Ecuador

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Así se mueven las ventas de objetos religiosos en la Semana Mayor

Juan David Zapata es un hombre alto, fornido, de hombros anchos. Se pasea por su local, en donde exhibe toda suerte de figuras católicas: vírgenes traídas de Italia o de Perú; hostias hechas en Polonia y que algunos párrocos compran para repartir en sus iglesias. Hace más de 20 años es dueño de este negocio religioso, ubicado en el centro comercial Villanueva.
“Yo soy ingeniero y hace mucho años vivo en Miami. En un memento me pregunté qué estaba haciendo con mi vida. Quería ayudar a la gente. Entonces, decidí crear una fundación, que se llama Karisma Foundation. Abrí un negocio de objetos religiosos en Miami, luego abría este acá en Medellín. El negocio también se llama Karisma y con él he podido ayudar a mucha gente”, dice Zapata.
Luego, se para al frente de una de las vitrinas del local. Ufano, hace un arcoíris con las manos para mostrar una virgen traída desde Italia: “Es fabricada por una compañía que trabaja desde 1850”. Según dice, sus clientes principales son sacerdotes, que vienen especialmente a comprar objetos para las parroquias: cirios pascuales, cristos, imágenes de santos. Una de las vendedoras del local reconoce que, a pesar de que las ventas crecen en Semana Santa, el aumento no es sustancial.

La Semana Santa era mejor antes, no sé si es que la gente ha dejado de creer o se distraen en otras cosas por estos días

Zapata, desde su experiencia, cree que la forma de vivir la religiosidad es muy diferente acá con respecto a lo que vive en Miami: “Acá las compras son más constantes, la gente viene más seguido. Tal vez sea porque acá hay más dolor, más pobreza”.
En la Placita de Flórez, por su parte, Aracelly Chaverra ofrece inciensos para las festividades de Semana Santa. A su pequeño local, verde resplandor por las plantas que vende, se acercan las personas a preguntar qué matas usar contra las malas energías. “La Semana Santa era mejor antes, no sé si es que la gente ha dejado de creer o se distraen en otras cosas por estos días”, lamenta.
La venta de sahumerios también se incrementa durante la Semana Santa. El de la foto tiene un costo de 1.000 pesos.

La venta de sahumerios también se incrementa durante la Semana Santa. El de la foto tiene un costo de 1.000 pesos.

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Orladys Marín, apostada sobre su vitrina, en la que se exhiben imágenes de vírgenes y santos, piensa que las personas no han dejado de creer: “La gente no está perdiendo la fe, sino que cultivan la espiritualidad de diferentes formas. Por ejemplo, se están metiendo mucho por el tema de la meditación”. Su tesis se ve reflejada en su local, también ubicado en la Placita de Flores: al lado de la imagen de una virgen, símbolo católico por antonomasia, reposa la figura de un buda esbelto y meditabundo.
Los inciensos, por su parte, son de los objetos más preciados durante la Semana Santa. En el local Mater Eclesiae, en el centro comercial Villanueva, se ofrecen más de 100 tipos de incienso. Son resinas de árboles de todo el mundo: Grecia, Etiopía, India. Wílder David, sacerdote de la parroquia Jesús Caído, en Itagüí, y quien compraba inciensos en ese negocio para este jueves santo, explicó la importancia de este ritual: “El incienso es un signo para la liturgia, hace la ceremonia más solemne. Este se quema y sube al cielo; lo que queremos ofrecerle estos aromas a Dios”.
Maritza Urán, administradora de Mater Eclesiae, recuerda el verso 141, en el que se hace una metáfora entre la oración y la quema del incieso: “Suba mi oración delante de ti como el incienso /El don de mis manos como la ofrenda de la tarde”, reza el salmo mencionado.

La gente los quema mientras está rezando, eso ayuda mucho al ambiente para la oración

Los inciensos, puestos sobre una mesa central, parecen un banquete de dulces coloridos. Los clientes, de manera autónoma, pasan por cada recipiente y van llenando tarritos plásticos con los aromas provenientes de todo el mundo. Estos tarros, dependiendo de su tamaño, tienen un valor predeterminado. Es, en otras palabras, un buffet en el que cada cliente escoge el aroma que quiera según sus pretensiones espirituales.
Urán cuenta que estos inciensos son bastante utilizados por grupos de oración. “La gente los quema mientras está rezando, eso ayuda mucho al ambiente para la oración”, explica Urán. Otros clientes, según cuenta, los están utilizando para practicas como la meditación, dando muestras de un sincretismo religioso interesante.
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