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Medellín

‘El Estado desconoce el valor y aporte de las microempresas’

Para Montoya estar en Interactuar es compatible con sus sueños de servicio, llegar fue parte de su búsqueda interior.

Para Montoya estar en Interactuar es compatible con sus sueños de servicio, llegar fue parte de su búsqueda interior.

Foto:Guillermo Ossa/EL TIEMPO

Interactuar propone articulación institucional que permita el impulso de estas unidades de negocio.

David Araque tiene 30 años y llegó a la ciudad desplazado de San Carlos, oriente antioqueño. Empezó conduciendo un taxi. Se cansó del oficio y se fue a manejar un camión a una distribuidora de plástico. Al poco tiempo, su patrón lo pasó al cargo de vendedor.
En esas estuvo hasta que se independizó con apoyo del que era su jefe. Arrancó con una selladora, que en su casa le servía también de mesa de comedor.
Si con una cualidad puede definirse a los seres humanos, esta sería la capacidad de luchar. La aptitud de plantar cara a las adversidades que la vida pone en el camino. Igualmente, aparece la búsqueda de ser medianamente felices y defender el derecho a tener una familia y un trabajo para salir adelante.
Hoy David no solo se levanta a trabajar él, sino que también les da trabajo a otros. Tiene una bodega con 12 selladoras, donde 15 empleados se ocupan con el plástico. Plastiaraque es el nombre de la empresa.
Pero, ella no hubiera sido posible de no existir Interactuar Famiempresas, una corporación que lleva 35 años apoyando el emprendimiento en todo el país de la mano de otras organizaciones que le creen a invertir en las pequeñas empresas.

Las micros son una aliada del crecimiento, por eso no podemos
contentarnos con tener familias menos pobres, sino familias empresarias realmente prósperas

—Este trabajo le regala a uno el poder apreciar la capacidad de superación del ser humano —dice Fabio Andrés Montoya Isaza, quien desde hace dos años está al frente de la entidad—. Cuando salimos a visitar a estos pequeños empresarios, como David, uno moja mucho ojo.
Y no es para menos. Según cifras del DANE, en Colombia existen 10,4 millones de empresas micro entre las que se cuentan trabajadores por cuenta propia y los micro establecimientos.
Un negocio que cuenta con el apoyo de Interactuar tiene una facturación mensual aproximada de 4 millones de pesos y emplea a 1,3 personas en promedio.
De este modo, podría decirse, entonces, que las microempresas emplean a cerca de 14 millones de personas en el país. Lo que representa el 60 por ciento de los empleos nacionales.
Un 40 por ciento de los microempresarios son comercio, desde las familias que tienen una tienda en el barrio, una pequeña boutique, hasta las señoras que venden por catálogo; el 20 o 25 por ciento son agroempresarios que están sembrando café, cacao, plátanos, y el resto son restaurantes, panaderías, peluquerías y un negocio nuevo: los talleres de reparación de motos.
Montoya asumió en marzo de 2016 la dirección ejecutiva de Interactuar. Él es Administrador de Negocios de Eafit, especialista en Economía de la Universidad de Los Andes, Becario Fullbright en Política y Gestión de la Tecnología de la Universidad de Washington, en Estados Unidos, y máster en Política y Regulación en Comunicaciones de la Universidad de Westminster, en el Reino Unido.
Cuenta con más de 15 años de experiencia en los sectores privado y público en áreas de finanzas, política pública y desarrollo de negocios, y se ha desempeñado en diferentes entidades como la desaparecida Orbitel, Une Telecomunicaciones, Medellín Digital y Ruta N.
Para Montoya estar en Interactuar es compatible con sus sueños de servicio, llegar fue parte de su búsqueda interior.

Para Montoya estar en Interactuar es compatible con sus sueños de servicio, llegar fue parte de su búsqueda interior.

Foto:Guillermo Ossa/EL TIEMPO

Usted sostiene que las microempresas son un motor de desarrollo. Pero, asegura, a su vez, que en el país no se está haciendo nada por desarrollarlas

A excepción de la ley que habilitó el microcrédito no ha hecho mayor cosa para poner en el lugar que se necesita a las microempresas. Se ha desconocido el valor y el aporte que ellas le dan al desarrollo económico y, sobre todo, social. Por eso, le estamos haciendo una propuesta al Gobierno Nacional.

¿Qué está proponiendo desde Interactuar?

Nuestro sueño es que haya un viceministerio de la Microempresa, adscrito a los ministerios de Desarrollo Económico y al de Comercio, Industria y Turismo.
Entonces, necesitamos que haya una política pública de Estado que reconozca las distintas particularidades de la empresa micro, que entienda que la formalización es un proceso que toma tiempo y que el esfuerzo debe orientarse hacia la educación y creación de la mentalidad empresarial.
Yo llamo proporcionalidad y gradualidad a un segundo pilar que consiste en que pongamos las cargas regulatorias y fiscales en función de variables que reflejen más la realidad de la empresa porque de lo contrario es seguir satanizando a la microempresas.

Insisto en que los costos regulatorios y fiscales hacen inviable una empresa micro

Por ejemplo, una microempresa de producción de arepas necesitaría adquirir mesas y pinturas especiales, tener un flujo de producción e invertir alrededor de 3 millones de pesos para obtener los registros otorgados por el Invima, entre otros. Insisto en que los costos regulatorios y fiscales hacen inviable una empresa micro.
Un tercer pilar es trascender el microcrédito. Este es una excelente herramienta, pero no es suficiente. Para que los empresarios de la microempresa prosperen es necesario invertir en conocimiento, en conexión con mercados, en cultura y redes empresariales.
Por último, Colombia es, ante todo, un país de minifundistas con todo el potencial de convertirse en agro empresas prósperas. Para ello es vital la inversión en vías para sacar los productos y en telecomunicaciones, además de formación para aumentar la productividad, gestión empresarial, conexión con mercados, encadenamientos productivos, mitigación ambiental…

¿En Interactuar están haciendo algo al respecto, o están esperando que desde el Estado haya una respuesta?

No, en Interactuar hemos demostrado que un modelo integrado genera mayores transformaciones. Creemos que para desarrollar una empresa se necesitan unas paticas, así como una mesa.
Una de ellas es el microcrédito, aquí los bancos no prestan fácil por el nivel de riesgo o por no tener un historial crediticio. Entonces, cuando uno le permite el acceso a crédito a estas poblaciones les está dando una oportunidad gigante de que puedan emprender.
La otra patica es el acompañamiento: la platica sola no hace el milagro. Al empresario, para que pueda crecer y pueda desarrollarse, transformar su vida, hay que acompañarlo
Y ¿qué es acompañarlo? Es capacitarlo, asesorarlo, enseñarle cómo lleva unas cuentas, cómo vende, cómo organiza su vitrina. Y la otra pata importante es el mercado: cómo conectarlo, cómo encadenarlo con las grandes empresas que exportan y tener mejores ingresos y más estables. De esa manera en Interactuar lo transversal es el capital emocional.

¿Qué significa eso?

Es el modelo de cercanía con el que llegamos al empresario. Muchos de nuestros empresarios son desplazados, mujeres cabezas de familia, personas con una vida difícil. Lo emocional es conectarnos con esa persona.

¿Cómo es ese proceso de acercamiento?

Hay dos maneras: la persona toca a nuestra puerta, ese es el 10 o el 15 por ciento de los créditos que otorgamos. Pero la gran mayoría es que nuestros asesores se van de tienda en tienda, finca en finca, barrio en barrio, negocio en negocio visitando a la gente y ofreciéndoles servicios y oportunidades.
Todo el tiempo es ‘callejiando’. Nosotros decimos que no somos una entidad ni de primer o segundo piso, sino de la calle. El equipo lo integra una familia de unas 500 personas que dentro de la cultura organizacional o, mejor, el sueño que compartimos y nos une es la vocación de servicio.
Interactuar, con Montoya a la cabeza, mantiene fiel al legado que dejaron los fundadores: desarrollar integralmente las empresas.
—A mí me gusta decir que el negocio nuestro es cómo generamos prosperidad a través de la actividad empresarial, sobre todo en las poblaciones más vulnerables y las comunidades más necesitadas —dice—. Nos diferenciamos de los bancos en que nosotros nacimos con alma y en que te educamos, te formamos, te acompañamos, para que puedas tener una vida digna.
Así como David Araque.
Jorge Iván García Jiménez
Editor de EL TIEMPO Medellín
jorgar@eltiempo.com - en twitter @Jorgar_eltiempo
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