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Medellín

Así transcurren los últimos meses de edificio que era de Pablo Escobar

Todos los días, turistas, principalmente extranjeros, llegan hasta el edificio movidos por la curiosidad de las historias que ven en series y películas sobre Pablo Escobar.

Todos los días, turistas, principalmente extranjeros, llegan hasta el edificio movidos por la curiosidad de las historias que ven en series y películas sobre Pablo Escobar.

Foto:Jaiver Nieto / EL TIEMPO

Vecinos del barrio donde está el edificio Mónaco, en Medellín, apoyan la demolición del lugar.

Dos turistas canadienses se preguntan si la terraza de la edificación, de un blanco grisáceo y paredes carcomidas por el tiempo, es el lugar donde el excapo Pablo Escobar falleció. El hombre le toma fotografías a la mujer, mientras ella levanta sus brazos y sonríe. Son las 9:30 a. m. de un jueves. A su espalda está el edificio Mónaco, siete pisos abandonados, custodiados por la Policía y ubicados en uno de los barrios más tradicionales de El Poblado, en Medellín. En el lugar no murió el exnarcotraficante, pero fue su hogar y el de su familia.
Del blanco reluciente ya no queda nada. Una reja baja, oxidada y vieja rodea la edificación. Las paredes exteriores están dominadas por el musgo y algunos grafitis. Las hojas caídas de los árboles que permanecen de pie forman cúmulos en las aceras. Las ruinas no son tan perceptibles afuera como adentro, donde el piso está cubierto de charcos de agua y un tapete de semillas que caen de los árboles. El olor a moho es penetrante.
Uno de los muros de la entrada principal está resquebrajado por los martillazos que dieron el pasado 4 de abril el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, y los ministros de Justicia, Enrique Gil Botero, y de Defensa, Luis Carlos Villegas, como símbolo de la demolición que se hará de la edificación. Se espera que la implosión sea en diciembre próximo. Ese será el primer paso para la posterior construcción de un parque en honor a las víctimas que dejó la época de violencia del narcotráfico.
El edificio Mónaco será demolido en diciembre de este año, según las autoridades.

El edificio Mónaco será demolido en diciembre de este año, según las autoridades.

Foto:Jaiver Nieto / EL TIEMPO

La demolición será posible gracias a que la Sociedad de Activos Especiales (SAE) dio la aprobación para que la estructura, que pertenece a la Policía Nacional, sea intercambiada por otros bienes inmuebles propiedad del Municipio de Medellín.
Una vez el edificio le pertenezca a la alcaldía, se gestionarán los permisos para derrumbar y empezar las obras del parque, en este lugar que estuvo avaluado en 5.000 millones de pesos y que tiene 34 parqueaderos, 12 apartamentos, 2 piscinas y una cancha. El mandatario local está a la cabeza de la idea con el argumento de que el edificio es símbolo de la ilegalidad y sigue alimentando una imagen errónea de Pablo Escobar, especialmente en los turistas extranjeros.
Luego de que los dos canadienses se van hacia Laureles en busca de la casa en la que Escobar recibió los disparos que acabaron con su vida, llegan más turistas al Mónaco. Desde los balcones de edificios vecinos se ve la constante llegada de busetas cargadas de extranjeros que escuchan con atención a los guías.
Luego, las fotografías, las risas y las alusiones a películas y series de narcos que alimentan la curiosidad por conocer los lugares reales que marcaron la vida del excapo. Ninguno puede ingresar al inhabitado lugar, pero se conforman con mirar desde el otro lado de la reja.

Lo de Escobar es todo un enigma para mí, he hablado con gente que lo ama, que dicen que ayudó mucho a los pobres, y con otra gente que lo odia porque hizo mucho daño

El argentino Juan Carlos Morcillo llega al Mónaco en uno de los grupos que pagaron por un city tour y que tiene como siguiente paso la tumba de Escobar. El hombre, de unos 50 años, pregunta si es cierto que el exnarcotraficante está vivo y se hizo una cirugía para cambiarse el rostro.
“Me parece muy interesante la vida de este hombre y creo que los hijos y la mujer viven en Argentina. Lo de Escobar es todo un enigma para mí, he hablado con gente que lo ama, que dicen que ayudó mucho a los pobres, y con otra gente que lo odia porque hizo mucho daño”, expresa el visitante.

Vecinos apoyan el parque

Justo esa es la práctica que quiere romper el alcalde con la demolición, una iniciativa que apoya el Gobierno Nacional. Durante el anuncio en Medellín, el ministro de Defensa sostuvo que buscan pasar la página de violencia y lograr que ese espacio no siga siendo visitado por turistas “con perspectiva enferma que no le trae nada bueno a la ciudad”.
Lo mismo piensan muchos vecinos del barrio Santa María de Los Ángeles, un sector de estrato alto, tranquilo y residencial. Para ellos, el Mónaco es símbolo de problemas, no solo porque el sitio le da un aspecto antiestético a la zona, sino también porque están aburridos de las constantes llegadas de carros que parquean mal y causan problemas de movilidad, sobre todo en la vía que da a la entrada principal del lugar.
Tampoco quieren la proliferación de vendedores ambulantes ni mucho menos el aumento de robos que, denuncian, se da por la llegada de turistas extranjeros que atrae a los ladrones. Los residentes también han sufrido la presencia de mosquitos por el abandono del lugar y tuvieron una larga lucha para que la piscina fuera cubierta y no contribuyera al problema con sus aguas estancadas.
Un guía turístico muestra la supuesta cédula de Pablo Escobar a los extranjeros que están en un tour en el edificio Mónaco.

Un guía turístico muestra la supuesta cédula de Pablo Escobar a los extranjeros que están en un tour en el edificio Mónaco.

Foto:Jaiver Nieto / EL TIEMPO

Los vecinos quieren que los incluyan en el proceso de diseños del parque en honor a las víctimas. Esperan que el sótano del Mónaco sirva para hacer parqueaderos subterráneos y no se generen más problemas de movilidad ante la futura llegada de personas al lugar. Entre las propuestas de los residentes está construir un espacio que deje ver la imagen o los nombres de las víctimas de Escobar, entre las que se cuentan policías, jueces y periodistas.
Pedro Juan Arango, edil de la Junta Administradora Local (JAL) de El Poblado, cuenta que los habitantes están muy conformes con la idea del parque y que nunca les gustó la propuesta de la administración pasada de adecuar allí una estación de seguridad porque no cumple con la vocación del barrio.

Estamos muy contentos con la construcción del parque, para mostrar otra imagen de lo que fue la época del narcotráfico, mientras se quita el mito de Escobar a nivel internacional

Todavía en los recuerdos de muchos están los atentados explosivos que sufrió el sitio. El primero de ellos fue en 1988, contra el propio Escobar. Más tarde, cuando el sitio era sede de la Fiscalía se presentó uno más, en el año 2000.
Residentes que llevan toda su vida en el sector recuerdan que muchos techos de lugares aledaños se dañaron y que casi todas las viviendas quedaron con los vidrios de las ventanas rotos. Tras la salida de la Fiscalía, fue ocupado por dos compañías bananeras, usado para marroquinería, para una sede de salud prepagada, una oficina de abogados y hasta un centro de recuperación para adictos a las drogas.
Un vecino que pide guardar su identidad relata que el Mónaco fue uno de los primeros edificios que se construyeron en el barrio, donde abundaban las casas grandes, muchas de las cuales fueron demolidas para erigir las altas edificaciones que hoy se ven. Al principio nadie se percató de quién era el dueño y solo empezaron a fijarse en él tras las explosiones y las constantes entradas y salidas de camionetas.
Hoy, el lugar hace parte de un paisaje que no les agrada y que quieren cambiar.
Para muchos residentes del sector, el edificio le da un mal aspecto al barrio, uno de los más tradicionales de El Poblado.

Para muchos residentes del sector, el edificio le da un mal aspecto al barrio, uno de los más tradicionales de El Poblado.

Foto:Jaiver Nieto / EL TIEMPO

“Estamos muy contentos con la construcción del parque, para mostrar otra imagen de lo que fue la época del narcotráfico, mientras se quita el mito de Escobar a nivel internacional que atrae tantos turistas de otros países”, dice María Marleny López, propietaria de un edificio aledaño, quien añadió que ese es el sentir de casi todos los habitantes.
Muchos de ellos se preguntan cómo luce el edificio por dentro. Al ingresar, en una de las paredes exteriores sigue en pie, firme y casi intacta al paso de los años la escultura ‘La Familia’, del maestro Rodrigo Arenas Betancourt, que expone un hombre cargando en sus brazos a una mujer, que a su vez está debajo de un niño con alas. Ese es el único elemento que los vecinos están de acuerdo con no destruir, pero piensan que debe ser trasladado a algún museo, en tanto que no saben muy bien si tiene alguna representación asociada a la familia de Pablo Escobar.
El edificio está deteriorado e inhabitado. Es custodiado por la Policía.

El edificio está deteriorado e inhabitado. Es custodiado por la Policía.

Foto:Jaiver Nieto / EL TIEMPO

La obra custodia el ingreso a un costado del edificio, donde solo quedan los huecos de tres ascensores. Los hoyos en los techos y las paredes, la oscuridad y el polvo le dan al lugar un aspecto desolado, pero da cuenta del enorme espacio de baños y habitaciones. Por la mente de los extranjeros no pasa esta imagen. Muchos se preguntan quién vive allí.
Juan Fernando Ortiz, uno de los guías turísticos, cuenta que en una buena temporada se pueden hacer hasta tres tours por lugares que recuerdan a Escobar y reconoce que las películas y series alimentan la curiosidad de las personas. Un recorrido de cuatro horas puede costar hasta 200.000 pesos por un grupo de unos seis visitantes, aunque hay quienes cobran 50.000 pesos por persona.
Mientras él saca la supuesta cédula original de Escobar, enmarcada entre dos láminas de plástico para mostrarles a los turistas, residentes que están observando en el lugar esperan que los recorridos se acaben pronto y que las obras del parque puedan comenzarse antes de que finalice el gobierno de Federico Gutiérrez, quien ha dicho que otros lugares que representen el narcotráfico y la ilegalidad deben caer como lo hará el Mónaco.
HEIDI TAMAYO ORTIZ
Redactora de EL TIEMPO
Medellín
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