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Cali

Tras las rejas, parejas dieron el sí

Las parejas celebraron con algunos familiares la unión dentro del penal.

Las parejas celebraron con algunos familiares la unión dentro del penal.

Foto:Santiago Saldarriaga / EL TIEMPO

En la cárcel de Villahermosa, en Cali, se realizó una boda colectiva.

Cartas, una tras otra, cada vez con más sentimientos mezclados entre las letras que Francisco* y Diana* compartieron durante más de un año, llevaron ayer a su matrimonio.
Esta pareja, que esperó a que las cartas se acumularan hasta tomar el valor para conocerse y decidir unir sus vidas, hizo parte de las 17 parejas que ayer participaron del matrimonio colectivo organizado en la cárcel de Villahermosa, en Cali.
La actividad se realiza como parte de un trabajo social que desarrolla el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec) en la cárcel.
“Esto se cumple por petición de los internos. Por lo regular siempre se celebra una sola boda, no siempre son tantos los internos que quieren hacerlo al mismo tiempo”, expresó uno de los tenientes del Inpec.
A pesar de las condiciones en las que se encuentra el centro carcelario que alberga a 6.250 internos del centro penitenciario -cuando éste solo tiene capacidad para 1.500- siempre hay espacio para el amor y dentro de los derechos de estas personas también se encuentra el de amar y formar su propia familia.
“Nos conocimos en la cárcel, pero ya nos habíamos visto en la calle, solo que no nos habían presentado, pero cuando la vi me convencí de que quería estar siempre con ella, porque es el amor de mi vida”, dijo Francisco.
La ceremonia se inició a las 9:00 de la mañana en el salón múltiple de la cárcel. Nerviosos y acompañados por familiares se encontraban las parejas que no paraban de besarse y dejarse atraer por un abrazo. Las mujeres, de blanco y con largos vestidos, no ocultaron su felicidad cuando, de gancho, sus familiares las llevaron hacia el altar al son de la marcha nupcial.
“Hace 10 años conocí a mi pareja, recuerdo que le envié saludos, la hice llamar, se negó, dijo que yo tenía mujer; en pocas palabras me rechazó, (sonríe). Días después logramos hablar, desde eso me ha acompañado en las buenas y en las malas”, comenta Richard*, uno de los novios, que con una sonrisa en su boca también menciona que producto de ese amor, tienen una hija de 3 años y esperan verse en libertad.
Para los pastores que realizan este tipo de actividades, siempre es positivo celebrar el amor entre las parejas, para algunos amigos y familiares suena apresurada la idea de casarse con personas que no estarán con ellos al finalizar su matrimonio, no regresarán con ellas a casa y no iniciarán una vida juntos ni ahora ni la próxima semana.
Sin embargo, las novias unieron sus vidas a las de sus esposos dentro del penal y juraron amor eterno sin importar el tiempo que deban esperar a sus maridos.
El Inpec realizó esta ceremonia colectiva para rescatar el valor de la familia y darles un reconocimiento a estos 17 hombres que si bien se equivocaron, aceptan su error y quieren cambiar. “Yo quiero iniciar una nueva vida junto a ella, estoy feliz porque sé que ella me ayudará y vamos a salir adelante juntos, como esposos”, sostiene Richard.
Tras la comida y el compartir con las familias, luego de festejar el amor e intercambiar besos y sonrisas, las esposas tuvieron que salir del centro penitenciario sobre el mediodía. Los esposos fueron llevados hasta sus celdas por los guardas del Inpec y las novias desfilaron de blanco por las afueras del centro penitenciario para ir a sus casas, algunas seguirán la celebración con sus familias.
Ayer la ceremonia no fue seguida por la consumación de los matrimonios tras. No se llegó a las tres horas para casar a estas parejas que se juraron amor tras las rejas y ahora deben aguardar otra semana, tal vez 15 días para compartir un lecho improvisado que hará las veces de cama nupcial. Pero ellos se declaran dispuestos a esperar.
*Nombres cambiados por seguridad 
CALI
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