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Barranquilla

Semillero, cimiento de excelencia del Colegio Alemán de Barranquilla

Cada espacio les permite a los niños aprender jugando. El colegio abrirá la convocatoria de admisiones 2018 para Parvulario, Prekínder y Kínder el próximo 26 de octubre con una presentación institucional.

Cada espacio les permite a los niños aprender jugando. El colegio abrirá la convocatoria de admisiones 2018 para Parvulario, Prekínder y Kínder el próximo 26 de octubre con una presentación institucional.

Foto:Vanexa Romero /EL TIEMPO

Emblemática institución lleva más de un siglo formando seres autónomos, críticos y pluriculturales.

Andrés Artuz
A sus 17 años, Camilo Badel es uno de esos jóvenes que, al hablar con ellos, parecen que doblaran su edad. Son formales, sostienen la mirada y se identifican con seguridad.
El barranquillero se acaba de graduar del Colegio Alemán de Barranquilla y ya este viernes viaja a Heidelberg, en ese país de Europa, para comenzar sus estudios de Medicina en la Universidad del mismo nombre que la ciudad, una de las más prestigiosas del Viejo Continente.
Físicamente, Badel representa al común de los de su generación: cabello desordenado, fisionomía menuda y andar relajado.
Pero también es más maduro de lo que parece, canchero y al mismo tiempo de los más orgullosos de haber egresado del colegio fundado en la capital del Atlántico en 1912 y que en aquel entonces abrió sus puertas para niños de inmigrantes alemanes.
El futuro médico es consciente de que sus planes no fueran los mismos de no haberle sacado el mayor provecho al modelo constructivista social al que le apostó el colegio que hace 16 años se mudó del norte de Barranquilla, a la imponente y moderna sede de 55.000 metros cuadrados en la vía al municipio de Puerto Colombia (Atlántico).
“El colegio me dio una formación en valores, me inculcó el ser responsable, libre y de pensamiento internacional, lo que supe aplicar muy bien a mi vida para poder llevar a cabo los sueños que me tracé”, sostiene Badel, quien visitará a Alemania por tercera vez. La primera fue como estudiante de intercambio en el Grado 10°, donde, como todos los estudiantes del Alemán, tuvo la oportunidad de permanecer por tres meses.
Tiempo después, estuvo en un internado al que solo asisten estudiantes con excelencia académica.

A temprana edad

Para Iveth Gutiérrez, directora de la sección de Kindergarten, que atiende los niños de Parvulario, Prekinder y Kínder, el colegio comienza el ensamble de esa mujer u hombre que entrega a la sociedad tras haber cursado el Grado 12°, desde los primeros años de vida de cada individuo.
“En el Kindergarten enseñamos a los niños a pensar, a ser críticos, creativos, analíticos, autónomos y con conciencia ambiental”, destaca Gutiérrez.
Agregó que esa sección de la institución, que alberga a 231 niños de los 1.169 que allí se educan, trabaja con principios de la propuesta educativa Reggio Emilia, que está orientada a la potencialización del ser humano, con la que se consigue generarles procesos de pensamiento propio por medio de la exploración y la experimentación, de acuerdo a sus intereses particulares.
En ese mismo sentido, el rector Michael Höfig anota que lo que se busca es que desde muy pequeños los niños se adentren en un proceso en el que el profesor participa como mediador o vehículo para llegar al conocimiento y cada estudiante construye su propio saber dándole el mejor uso a la creatividad y al trabajo colectivo.
Hay que destacar, según el alto directivo, que el idioma alemán se les comienza a enseñar en esa temprana etapa con profesores nativos de Alemania. “Creemos a ciegas en el semillero que tenemos desde que ingresan al colegio muy chicos. Esto nos permite moldear hacia la excelencia académica y la formación en valores, a ese producto que queremos entregar”, dice Höfig.
Fredy Montes, director de bachillerato del colegio, pondera la estrategia de rodear al niño desde que inicia su proceso en el Kindergarten. Mantenerse en categoría muy superior por los resultados obtenidos en las pruebas del Icfes, es un indicador que les evidencia que las cosas se están haciendo bien.
“Los niños son lo más importante y siempre velamos por su adecuado desarrollo”, señala Montes.
El colegio consta de 55.000 metros cuadrados de infraestructura con áreas idóneas para cada actividad y lo mejor en tecnología.

El colegio consta de 55.000 metros cuadrados de infraestructura con áreas idóneas para cada actividad y lo mejor en tecnología.

Foto:Vanexa Romero /EL TIEMPO

Métodos facilitan la lengua

Los niños se familiarizan con el idioma desde que ingresan al colegio, “y siempre se les imprime el valor de pluriculturalidad”, manifiesta el rector Michael Höfig.
Y es que la enseñanza de la lengua alemana se apoya con el proyecto denominado Tandem, metodología basada en la comunicación cotidiana en la que dos profesores titulares (L1 y L2), uno con dominio del idioma de la nación europea y otro del español, interactúan en el desarrollo de los contenidos de estudio.
Iveth Gutiérrez amplía que a los más chicos se les insiste en el desarrollo de la personalidad por medio de actividades diversas como las exposiciones de sus proyectos y las experiencias significativas. De esta manera, los niños desarrollan su autoestima y seguridad.
De igual manera, a través de la danza, el deporte y la natación se estimula el aspecto motor de los alumnos. No es menos importante la alimentación por lo que, en alianza con la Fundación Chukuwata, está a disposición de los estudiantes un programa de alimentación saludable y talleres de cocina y concientización que, incluso, trasciende al interior de los hogares.
Actualmente, se está culminando la construcción de un nuevo parvulario que estará listo el año entrante y en el que se comenzarán a recibir a los niños desde los 3 años de vida.
El Colegio Alemán incentiva la creatividad en cada niño.

El Colegio Alemán incentiva la creatividad en cada niño.

Foto:Vanexa Romero /EL TIEMPO

Ciudadanos trilingües, plus que les abre todas las puertas  

La institución académica, que funciona en calendario B, tiene más de 100 años y se constituye en la más antigua de las alemanas en Colombia.
La historia confirma que luego de un año de haber comenzado a funcionar para hijos de nativos de Alemania, en 1913 comenzó a recibir alumnos tanto de ese país como de Colombia.
En palabras del rector, Michael Höfig, el Alemán de la capital del Atlántico es un establecimiento que forma parte de una cadena de colegios alemanes en el extranjero y que cuenta con el apoyo del gobierno de ese país, dentro de la política cultural y educativa del Ministerio de Relaciones Exteriores en su interés de que exista una red de exalumnos que conozca la cultura y sepa su idioma.
“Este es un colegio de los que denominamos como de encuentro, porque aquí confluyen dos culturas, sumado a que estamos en un rincón del Caribe que tiene bien marcada sus costumbres, lo que a la vez es un reto para nosotros”, explica el rector.
Fredy Montes, director de bachillerato, comprendido por los Grados 9°, 10°, 11° y 12°, enfatiza en que otro plus del colegio es que es trilingüe dado que en inglés sus estudiantes alcanzan un buen nivel.
Prueba de lo anterior es que los alumnos del Alemán pueden obtener cuatro diplomas: Bachillerato Nacional, Bachillerato Internacional, el Diploma Alemán (DSD) y el Certificado Cambridge (FCE) para inglés.
El DSD es un programa de la República Federal Alemana con el que los alumnos pueden demostrar sus conocimientos en alemán.
Con el DSD I certifican el nivel B1 en alemán y tienen acceso a un Studienkolleg (preparación antes de entrar a una universidad en Alemania).
Con el DSD II adquieren el nivel B2-C1, que los forma para estudiar en una universidad alemana.
En cuanto al idioma inglés, el equipo de esa área se apoya certificándose a través de la Universidad de Cambridge. Con el FCE los jóvenes pueden certificar la calidad de sus conocimientos en esa lengua en un nivel B2 hasta C1 del Marco de Referencia Común Europeo para idioma.
Heidy Navarro, directora de Bachillerato Internacional, agrega que el Alemán es uno de los cerca de 40 colegios de Colombia y de los más de 1.000 en el exterior que ofrece a sus estudiantes ese programa internacional que los acredita como bachilleres internacionales bilingües, lo que les permite acceder a las mejores universidades del mundo, como Harvard y Oxford, entre otras.
“En 11° y 12° los preparamos en currículos a nivel mundial para que enfrenten la evaluación para hacerse con el grado internacional. Les damos 6 materias en alemán”, destaca.
En el auditorio del Colegio Alemán se realizan, con frecuencia, todo tipo de eventos culturales y académicos.

En el auditorio del Colegio Alemán se realizan, con frecuencia, todo tipo de eventos culturales y académicos.

Foto:Vanexa Romero /EL TIEMPO

El estudiante del Alemán recibe cuatro diplomas al graduarse

Alemania los recibe en el grado décimo

A lo largo del año, el Colegio Alemán de Barranquilla promueve las tradiciones emblemáticas de Alemania, pero también se preocupa porque sus estudiantes experimenten de cerca con las celebraciones tanto colombianas como barranquilleras.
Hay que agregar que es la institución privada, en el país, que más estudiantes envía de intercambio a Alemania.
Con esto, lo que se busca es que los niños del Grado 10 vivan lo más cerca posible esta cultura y el estar lejos de casa conociendo la vida en la nación europea como miembro de una familia anfitriona.
Se trata de un espacio con el que, de paso, se promueven los valores interculturales y la tolerancia.
También se cultiva la motivación para continuar aprendiendo alemán, pero también se fortalece el carácter de los alumnos.
Angelo Libonati, estudiante de Grado 12, ya estuvo en el país europeo y a punto de graduarse, ya tiene claro que viajará a Alemania para estudiar una carrera a fin con el Trabajo Social y el Derecho.
“Agradezco las herramientas que me ha dado este colegio para la vida y mi desarrollo profesional. He aprendido mucho porque he sido el puente entre estudiantes y el Consejo Directivo, lo que nos hace personas críticas y con conceptos claros”, resalta Libonati, de 17 años.
El hecho de contar con una infraestructura física de alto nivel es un factor que pesa a la hora de capacitarse mejor.
El joven sabe lo que es recibir conceptos en un aula donde confluyen no más de 23 alumnos, pero también recibió clases en laboratorios con lo último en avances tecnológicos.
Cada una de las actividades que se generaron desde la biblioteca para los estudiantes quedarán por siempre en su memoria así como los espacios dispuestos para el debate y la sana crítica.
“Este colegio está siempre cerca de mi corazón por lo que me dio”, dice.
Andrés Artuz Fernández
Redactor de EL TIEMPO
Barranquilla.
Andrés Artuz
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