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Bogotá

La lluvia destruyó el hogar de la familia Salamanca

El agua dio al traste con los muros de esta vivienda, en el barrio Lourdes de la localidad de Santa Fe.

El agua dio al traste con los muros de esta vivienda, en el barrio Lourdes de la localidad de Santa Fe.

Foto:César Melgarejo / EL TIEMPO

Cuando creyeron que la emergencia había pasado, el agua se llevó parte de los muros de su vivienda.

Andrea Morante
El 9 de enero hacia las 7 de la noche, en la carrera 3 n.° 1A-65, la paz de los vecinos del barrio Lourdes, en la localidad de Santa Fe, centro de Bogotá, fue interrumpida por un estruendo que sacudió la casa de la familia Salamanca.
Después de una jornada de intensas lluvias, los niveles de agua fueron subiendo, hasta que finalmente arrasó con la parte trasera de su vivienda, y la de los vecinos de al lado, la familia Vargas Castaño.
Todo comenzó sobre las dos de la tarde, cuando se empezaron a presentar algunas inundaciones en las casas del sector y miembros de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado acudieron al lugar. “Se realizó un mantenimiento a la domiciliaria de alcantarillado de diámetro 6 del predio de la calle 3 n.° 1A-65, y de la red de alcantarillado combinado de diámetro 10 instalada en la calle 3”, informaron.
Una vez atendida esa emergencia, las cosas parecían estar en calma. Según comentan los vecinos, duraron hora y media sacando el agua y limpiando sus casas después de la visita del Acueducto; luego fueron a arreglarse y algunos de ellos, como los Salamanca, se reunieron para preparar la comida. No imaginaron que pocas horas después todo empeoraría. A las 6:30 de la tarde el agua se volvió a meter en su recinto.
Los Salamanca cuentan cómo entre nietos, suegros, tíos, hermanos, abuelos, y hasta los vecinos, sacaban el líquido a baldados de su hogar. “Empezó a salirse el agua del alcantarillado y a rebosarse por los sifones”, comenta una de las integrantes de la familia.
“Yo me iba a poner a coser, pero el aguacero no me dejó, no podíamos contener la inundación que teníamos. El muro de mi taller de costura se vino encima; se cayó la alacena, los vasos de cristal y hasta nos quedamos sin cocina”, relató Gloría Salamanca, una mujer de 68 años, propietaria de la casa más afectada.
“El susto fue grande y me enfermé, tenía mucha angustia. Al final fueron mis nietos quienes me salvaron mis máquinas de coser, lo que me da el sustento diario, pero se perdieron muchas cosas”, comentó con nostalgia.

No podíamos contener la inundación que teníamos

En el lugar, al día siguiente aún quedaban rastros del nivel que alcanzó la inundación. “No pudimos hacer nada, los muros empezaron a desprenderse. No hubo otra opción más que empezar a sacar lo que se podía, lo que quedaba por ahí”, declaró Samir Salamanca, uno de los nietos de Gloría.
Los primeros en acudir a lugar del incidente el martes en la noche fueron los policías de la estación de Santa Fe; luego llegaron los bomberos, las ambulancias y algunas personas del Instituto Distrital de Gestión de Riesgos y Cambio Climático (Idiger), para atender la emergencia, catalogada como riesgo por colapso estructural, y que dejó afectadas a tres familias de Lourdes, conformadas por 14 adultos y 7 niños, según declaraciones del Idiger.
Los integrantes de algunas familias, como la Vargas Castaño, no se encuentran en el lugar, donde, por fortuna no resultó ninguna persona lesionada. Sin embargo, los Salamanca siguen junto a los escombros y se niegan a dejar sus pertenencias; afirman que se sienten desconfiados ante los apoyos que las autoridades les han ofrecido, tales como la ayuda pecuniaria.
“Yo me voy a quedar aquí cuidando mis cosas, no me voy a exponer a perder lo poco que tengo. Esta no es la primera tragedia que he vivido, soy una mujer luchadora y gracias a Dios mi familia es unida y hasta los vecinos nos han ayudado. Pero queremos que nos den una solución para que el agua no vuelva a desbordarse en la propiedad”, declaró Gloria Salamanca.
María Luisa Bernal, otra de las propietarias afectadas, también está a la espera de una solución por parte de las autoridades. “La demora es que empiece a llover, se llene el alcantarillado y el agua se empiece a rebosar en las casas afectadas. Y esta vez sí va a ser peor, porque las casas están débiles, y así es más fácil que se nos caigan”, afirmó Bernal.
Entre tanto, algunos vecinos comentan que lo mismo sucedió en el sector hace 20 años por unas piedras que obstruían el alcantarillado del lugar.
La Empresa del Acueducto informó que desde las 6:15 de la mañana del 10 de enero volvió a hacer presencia en el lugar, con un ingeniero y un inspector de turno para verificar las condiciones de operación de la red de alcantarillado en la calle 3.ª, a la altura de la carrera 1.ª y del que conecta al predio de los Salamanca con la red.
Según informó esta entidad, no se identificó ningún tipo de daño en el espacio público y se observó que en la parte trasera (patio) del predio de la calle 3 n.° 1 A-65, un muro parcialmente a la intemperie falló. “Es preciso indicar que dicho muro es artesanal, con mampostería simple de adobe, sin columnas y vigas”, dijeron en el Acueducto.
Además, informaron que allí se evidenció un taponamiento en la tubería domiciliaria, atribuible al mal uso del sistema de alcantarillado.
Mientras tanto, los afectados esperan que no continúen las lluvias en el sector y temen perder lo que les queda por las fuertes precipitaciones que están afectando a la ciudad en diferentes puntos.
El Idiger informó que durante la atención de la emergencia se evaluaron cuatro predios afectados y se recomendó una evacuación preventiva. “Se entregó un auxilio económico para arrendamientos, tres kits de noche, uno de limpieza, uno de cocina, una estufa, 16 tejas, 5 metros de plástico y 2 camarotes”, informó el Idiger. La Secretaría de Integración Social realizará una visita a la zona para identificar otras ayudas humanitarias que se requieran.

Cierran la vía La Mesa-Tena

Las lluvias en la región también han afectado el tránsito de los conductores que se desplazan por el corredor de Bogotá-La Mesa. Este jueves, el director de la Unidad de Gestión del Riesgo y Atención de Emergencia de Cundinamarca, Wilson García, anunció el cierre de la vía, por caída de rocas.
Hasta mañana sábado, si las condiciones climáticas lo permiten, permanecerá totalmente restringido el paso de vehículos por este corredor, a la altura del kilómetro 74+300, sector conocido como Pantanos, y que está ubicado entre los municipios de Tena y La Mesa.
El miércoles en la noche se permitió el paso a un carril de los conductores, pero por las constantes lluvias de esta semana volvió a desprenderse material rocoso del talud de tierra que el pasado 28 de diciembre se deslizó sobre la vía principal.
Esta emergencia llevó a que, en su momento, se cerrara la carretera mientras se retiraba la tierra y las piedras sobre la vía y la semana pasada se habilitó un carril para el paso de vehículos, explicaron en la Unidad de Gestión de Riesgos.
Sin embargo “el miércoles se volvió a realizar un consejo extraordinario de emergencias y se llegó al acuerdo entre el Instituto de Infraestructura y Concesiones de Cundinamarca (Iccu) y la Concesionaria del Desarrollo Vial de la Sabana (Devisab) que debía restringirse el paso por tres días (del jueves al sábado), para retirar de manera controlada el material en riesgo de caer, para mitigar el impacto en la zona”, señaló García.
Por el estado del talud de tierra que debe ser intervenido, once familias debieron ser reubicadas de la zona. Son en total 43 personas que viven en frente del punto donde se ejecutarán los trabajos.
Por el momento, la vía habilitada para ir de Bogotá a La Mesa es la que conecta a Soacha con el Salto de Tequendama. De allí se toma hacia el municipio de El Colegio y luego hacia La Mesa.
Una vez finalice la intervención que realizarán en el sector Pantanos las autoridades les informarán a los usuarios.
SONIA VIVIANA CANO GUERRERO
Especial para EL TIEMPO
soncan@eltiempo.com
Andrea Morante
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