¡Hola !, Tu correo ha sido verficado. Ahora puedes elegir los Boletines que quieras recibir con la mejor información.

Bienvenido , has creado tu cuenta en EL TIEMPO. Conoce y personaliza tu perfil.

Hola Clementine el correo baxulaft@gmai.com no ha sido verificado. VERIFICAR CORREO

icon_alerta_verificacion

El correo electrónico de verificación se enviará a

Revisa tu bandeja de entrada y si no, en tu carpeta de correo no deseado.

SI, ENVIAR

Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí.

Bogotá

Yaneth Mantilla, la mujer de los 30 billones de pesos

A pesar de lo demandante de su trabajo, Yaneth Mantilla procura compartir con sus dos hijos el tiempo que le queda libre.

A pesar de lo demandante de su trabajo, Yaneth Mantilla procura compartir con sus dos hijos el tiempo que le queda libre.

Foto:Claudia Rubio / EL TIEMPO

La directora del IDU es una de las funcionarias con más recursos bajo su responsabilidad.

Respiraba mal cuando llegó a la finca. Se fue a la cama y sobrevino el infarto. Lo llevaron a la clínica, en Bucaramanga, donde terminó de agravarse. Su hija, Yaneth Rocío Mantilla, viajó desde Bogotá a acompañarlo. Sus hermanas, Lida y Nancy, la delegaron para que entrara.
–Háblele, la situación es grave y es probable que no aguante– le advirtió la médica.
–Lo quiero, papá– le dijo a Gustavo, el hombre que la había criado entre fincas, con privilegios y libertades para conversar de religión, política y demás temas que a veces resultaban vedados para las mujeres. Él entrecerraba los ojos y le costaba procesar el aire. Ella le tomó la mano, siguió hablándole, sin subir el tono, con palabras de afecto... Hasta que murió.
Desde el piso once del Instituto de Desarrollo Urbano (IDU), en pleno centro de Bogotá, la directora de la entidad recuerda la partida de su padre. Hace una hora conversa con el periodista sobre su profesión, sus pasiones y afectos. Un taco en la garganta, de esos que hacen carraspear desde el corazón, la obliga a parar. Ni siquiera una santandereana, con todo y su carácter, puede reconstruir ese momento sin sentirlo.
Los 25 años que ajusta en Bogotá la han curtido en lo profesional. 12 años en el sector público y 13 en el privado (empresas mineras y de aprovechamiento forestal sobre todo) le sirven para capotear uno de los toros más bravos de la administración: dirigir el IDU.
La única razón de volver a la administración pública era encontrar algo retador. Iba a vivir en Ecuador, a formar unas compañías. Estaban listos los colegios de mis hijos (María Loreto, de 13 años, y Juan Antonio, de 16), el equipaje armado, cuando me llamó el alcalde Enrique Peñalosa y me lo propuso. Le conté a mi hijo, Juan Antonio, y me respondió: ‘Mami, haz lo que te diga el corazón’”.

No hablo mucho, prefiero oír, porque así es como uno aprende y conoce. Hablo cuando es estrictamente necesario, prefiero saber qué piensa la gente

Ahí está, en su oficina, a la que cada día sube por las escaleras. El ascensor, por enredos contractuales (desde el 2015), permanece fuera de servicio. Aunque le propusieron trasladar su despacho al segundo nivel, prefirió dejarlo en su lugar, a despecho de dolencias físicas.
Era una adolescente cuando quiso montarse en el caballo, en la finca El Paraíso de Girón (Santander). Su papá le pidió que esperara, pero “terca”, arrancó al galope. Se metió en tierra de reses bravas, donde una de ellas pinchó el anca de la cabalgadura, por lo que esta salió a toda carrera, la botó al suelo y el impacto le causó una fractura de fémur y lesiones de cadera. Hasta hoy, tres operaciones –incluidos dos tornillos para soldar el hueso–. Así aprendió a escuchar.
“No hablo mucho, prefiero oír, porque así es como uno aprende y conoce. Hablo cuando es estrictamente necesario, prefiero saber qué piensa la gente. Así es en mi vida privada, pero también con los ingenieros y expertos, para tomar las mejores decisiones”, afirma, vestida de negro, su color favorito (tanto como el azul claro).
Esta abogada y especialista en gobierno, se hace sentir cuando le incumplen. Su obsesión es el respeto de los plazos, el cumplimiento del tiempo, de ahí que se empeñara, desde su llegada a principios del 2016, en la finalización del deprimido de la calle 94 (a mediados de marzo pasado), la avenida La Sirena (el lunes) y al menos 22 obras consideradas prioritarias. En cuatro años de la administración Peñalosa serán cinco billones de pesos los que tendrá a disposición del IDU para mejorar la infraestructura. Eso sin contar 25 billones adicionales que se invertirán por valorización y alianzas público- privadas, entre otras. De ahí que sea la mujer de los 30 billones de pesos.

Después de terminar en la entidad quiero vivir en China, para lo cual mis hijos ya están estudiando mandarín. Me voy a regalar un año, por mis hijos y por mí

Con su madre fue similar. Siendo Yaneth la hermana mayor, volvió a vivir ese momento intenso de una partida. Conversaron, con la mamá reposando en la clínica. Le acarició la cabeza y le cantó para tranquilizarla, hasta que, finalmente, se regalaron una mirada... y partió.
Las cenizas de Ángela, de Frank McCourt, es el libro que más la ha marcado. Relato de cómo un niño sobrevive, desde la total pobreza y con papá borracho, hasta convertirse en un hombre exitoso. Desde tomar caldo guisado con una pata de cerdo sin carne, hasta el comedor más decente. “Me pareció maravilloso”, apunta. Antes cargaba una novela en su bolso y ahora no le queda sino tiempo para revisar planes de estructuración y proyectos de infraestructura.
De Moscú (Rusia) y Suráfrica destaca elementos que le gustaría aplicar en Bogotá. Alaska y las sabanas de Kenia, los sitios que la maravillan.
¿Su sueño? “Después de terminar en la entidad quiero vivir en China, para lo cual mis hijos ya están estudiando mandarín. Me voy a regalar un año, por mis hijos y por mí. Tuve una china viviendo en mi casa, de intercambio, y les enseñaba a mis hijos: noté que ellos –chinos– se adaptan y aprenden muy rápido”.
También, “por qué no”, le gustaría encontrar un compañero de viajes, uno que vuele a su mismo aire.
Entre tanto, sigue recorriendo los pasillos del IDU y las calles del Distrito, escuchando a empleados y ciudadanos “para dejar la entidad en un nivel técnico jurídico alto, y a Bogotá con la moral fortalecida”, apunta, antes de bajar los once pisos que la separan de la entrada.
FELIPE MOTOA
En Twitter @felipemotoa
Redactor EL TIEMPO
icono el tiempo

DESCARGA LA APP EL TIEMPO

Personaliza, descubre e informate.

Nuestro mundo

COlombiaInternacional
BOGOTÁMedellínCALIBARRANQUILLAMÁS CIUDADES
LATINOAMÉRICAVENEZUELAEEUU Y CANADÁEUROPAÁFRICAMEDIO ORIENTEASIAOTRAS REGIONES
horóscopo

Horóscopo

Encuentra acá todos los signos del zodiaco. Tenemos para ti consejos de amor, finanzas y muchas cosas más.

Crucigrama

Crucigrama

Pon a prueba tus conocimientos con el crucigrama de EL TIEMPO