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DESARROLLO HACIA AFUERA

La firma del decreto en virtud del cual se constituye el Banco Exterior reviste singular importancia como expresión y fundamento del desarrollo hacia afuera. Salido de la fecunda matriz de Proexpo, su bifurcación en dos entes especializados, el del crédito y el de la promoción, parece destinada a robustecer ambas funciones, prolongando una trayectoria pletórica de avances y de éxitos. Desde sus comienzos, bajo la tutela administrativa del Emisor, se pensó que algún día, convertido en banco de segundo piso, volaría solo, una vez fortalecido patrimonialmente y enriquecido por su propia experiencia. Al llegarle esta oportunidad, es de confiar en que su esperada evolución venga a ensanchar el panorama de la diversificación y la promoción de exportaciones, objetivos a los cuales sirviera el germen con tanta fortuna y provecho para el país.

ABDON ESPINOSA VALDERRAMA
Proexpo significó pilar y símbolo de una nueva etapa de la economía colombiana. Creado por el decreto 444 de 1967, en plena crisis de estrangulamiento exterior, se le dio el encargo primordial de corregir la estructura predominantemente monoexportadora de Colombia, asumiendo el encargo de diversificarla mediante el apoyo financiero, técnico y comercial a una variada gama de mercancías y mercados.
Hasta entonces no había sido viable vencer la excesiva dependencia del café, como antes de la quina, del tabaco, las maderas o los metales. Se pasaba de un renglón a otro, en cuanto resistiera los penosos transportes internos, pero no se solía combinarlos equilibradamente. El grano debió proveer por tiempo muy considerable el 70 por ciento de las divisas, complementado débilmente por el petróleo, el banano, los cueros de res, el platino y el tabaco en rama.
De mirar obsesivamente hacia afuera con ojos semicoloniales, llevados de la mano por el culto idolátrico a los privilegios de la zona templada, pasamos a mirar hacia adentro por fuerza de las circunstancias, a raíz de la gran crisis de los años treintas. En el primer caso, nos sometimos a una arbitraria división del trabajo, candorosamente persuadidos de la imposibilidad de competir en los terrenos de la transformación de las materias primas. En el segundo, al sufrir tremendo colapso la economía mundial y su capacidad de compra, debimos ingeniarnos la manera de montar nuestras propias industrias. Fue el período de la sustitución de importaciones. De ella restaría al país una estructura y una experiencia industrial de invaluable utilidad para buscar horizontes más dilatados al ocurrir su anunciado agotamiento.
Previendo que habría de suceder, en medio de la sustitución de importaciones comenzó a hablarse de poner en marcha una inaplazable mentalidad exportadora. Pero no lograba encontrar cauce ni abrirse paso. Hasta cuando el estrangulamiento exterior y el cerco financiero incitaron a imprimir al desarrollo nuevo rumbo y a procurarlo con base en el fomento diversificado y sistemático de las exportaciones. Diversificaciónde exportaciones
Proexpo fue la punta de lanza de la empresa de proyectarnos al exterior con nuevos artículos y penetrar mercados incógnitos. No es sino ver sus resultados espectaculares de los primeros siete años para comprender la magnitud de su tarea o lo que después pudo conseguir en el marco de políticas favorables a sus fines. Su concurso ha sido decisivo para lograr que las exportaciones distintas del café aportaran algo más del 80 por ciento del total.
Cuando se le dio vida institucional, no había en Colombia sino un experto en comercio exterior, aparte de los que se movían en la órbita restringida del café. Era Camilo Jaramillo de la Torre, el único idóneo en aquel entonces para dirigirlo. Actualmente la nómina es extensa y los conocimientos se han ampliado en el contacto con el mundo exterior.
Para no duplicar gastos y aprovechar las redes administrativas y la experiencia del Banco de la República, a este se le anexó. Incluso su gerente quedó como su representante legal. Circunstancia que cesa en justo reconocimiento a la madurez adquirida, a su pujanza patrimonial y a la capacidad de tener organización propia e independiente. Será de ver cómo opera la nueva división de funciones, financieras y promocionales.
En la etapa inicial, estas eran prioritarias y siguen siéndolo. Para ilustrar su importancia, parece oportuno traer a colación la solicitud, si no la exigencia, formulada a dos bancos internacionales, a los cuales se les había franquedado la puerta en medio del bloqueo financiero de aquellos días. La de dar apoyo a los exportadores colombianos, no únicamente con créditos sino con sus vastísimas líneas de información y comunicación con mercados para nosotros incógnitos. El estudio de sus perspectivas, de sus requerimientos de calidad, empaque y sistemas de venta, de los procedimientos más adecuados para acceder a ellos, de su demanda específica, eran aspectos fundamentales. Mecanismos idóneos
Los mecanismos de estímulo y financiamiento han sido motivo de injusto y a veces de irritante recelo en ciertos círculos comerciales del exterior. Por su desmantelamiento se han ejercido no pocas presiones. En parte han logrado la supresión de cuanto huela a subsidio, no obstante los muy generosos que las grandes potencias ofrecen a sus sectores productivos, agrícolas e industriales. Casi se llega a pensar, cuando así se obra, que fuera de los recursos naturales no se quiere dejar alternativa diferente de la de los cultivos prohibidos.
Lo cierto es, sin embargo, que no cabe renunciar a ningún instrumento legítimo del desarrollo hacia afuera. Ni resignarnos a ser tan solo proveedores de productos básicos, cuando tantas oportunidades ofrece a nuestros brazos y talentos la manufactura, como actividad la más idónea para permitirnos asimilar el acelerado proceso de urbanización. Sin demeritar por esta causa el compromiso de sacar óptimo partido de la riqueza de aguas, suelo y subsuelo.
El Banco Exterior era una meta. La ha alcanzado el país por el fértil camino de Proexpo. Sin conocer todavía su reglamentación, ni la de la entidad promotora, cabe abrigar la segura esperanza de que una y otra respondan a las presentes y futuras necesidades y sean dignas sucesoras de la entidad que las ha precedido.
ABDON ESPINOSA VALDERRAMA
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